Todavía hoy, mucha gente cuando se siente mal emocionalmente se toma directamente una pastilla que «ha oído» o «le han dicho» que va bien y que lo quita, o, en el mejor de los casos, pide hora para ir al psiquiatra a que se la recete. Afortunadamente, también hay otras personas que intentan sostenerlo por sí mismos, y, que si ven que no pueden hacerlo, acuden con normalidad a un psicólogo, profesional cualificado, para que les ayude.
Primero, nos hemos acostumbrado a patologizar cualquier estado negativo, y a estrechar mucho el umbral de tolerancia de lo que somos capaces de soportar y gestionar, y eso sólo nos hace más vulnerables, nos frustra y nos hace sentir incapaces.
Segundo, lo que muchas veces se nos transmite desde el sistema sanitario es que con los fármacos todo se soluciona, cuando en absoluto es así. Es cierto que los psicofármacos son esenciales en trastornos o patologías más severas o graves, con carga genética o estructural, y también cumplen una función de regulación importante en estados más agudos. Pero sobran, e incluso son contraproducentes, en los estados emocionales que es normal que todos suframos en el día a día.
Desde aquí te animamos a que formes parte de las personas que ya han confiado en nosotros para comprender y aprender cómo hacer para poder afrontar, sentirse mejor y desenmascarar a lo negativo para eliminarlo, sin química externa, con la ayuda de nuestro cerebro, sabiendo cómo utilizarlo a nuestro favor. ¡LLámanos!
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