La depresión es un trastorno afectivo que afecta a gran parte de la población si se tiene en cuenta que, aunque una persona no cumpla todos los criterios para su diagnóstico, sí es fácil que esté experimentando algunos de ellos, bien de manera aislada, bien formando parte de la esfera de otro tipo de problema.

Los síntomas que suelen estar presentes cuando estamos deprimidos (en menor o mayor grado), son: estado de ánimo depresivo (nos sentimos tristes, vacíos, lloramos), disminución de interés por el placer y las actividades, alteraciones o cambios en el peso y apetito, insomnio o hipersomnia diario, agitación o enlentecimiento psicomotor, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad y culpa, incapacidad para pensar y concentrarse, indecisión, pensamientos de muerte, ideas suicidas.

Es decir, que el estado de ánimo depresivo afecta a la persona en todas sus áreas, fisiológica, emocional, cognitiva y comportamental, afecta a la alimentación, al sueño, a la actividad sexual, puede producir síntomas somáticos, nos bloquea en la capacidad de pensar, de tomar decisiones, de solucionar problemas, nos impide concentrarnos, memorizar, nos genera sentimientos de insatisfacción, miedo, ira, desesperanza, impotencia, tristeza, y como consecuencia de todo ello, nos incapacita en menor o mayor medida para poner en marcha los recursos de que normalmente disponemos para una actuación y resolución eficaz en nuestro día a día.

Y por supuesto, también afecta a nuestra interacción con los demás (compañeros, amigos, pareja, hijos, familia…), ya que cuando nos sentimos así, tendemos a aislarnos, o bien lo que mostramos a los demás es tan negativo, que les resulta difícil permanecer a nuestro lado.

El tratamiento psicológico aborda las distintas áreas teniendo en cuenta la especificidad de los síntomas individuales, y su eficacia resulta ser no sólo similar a la farmacológica en cuanto a disminución sintomática, sino que va a dotar a la persona de herramientas y técnicas que podrá seguir utilizando de por vida para conseguir una estabilidad emocional, y además, sin efectos secundarios.

Es por ello que, si te sientes identificado con alguno de los síntomas o sensaciones que aquí se mencionan, te aconsejamos que acudas a nosotros, y lo antes posible, porque, aunque parezca difícil o imposible sentirse mejor, se consigue. De lo que no cabe duda es de que merece la pena intentarlo.

Y para empezar a sentirse mejor, y porque la música es siempre algo bueno para todos, que nos hace sentirnos bien, apuntamos como referencia un artículo publicado en el diario «El País», acerca de las 20 canciones ideales para levantarse con buen ánimo, según un estudio publicado por Spotify y el psicólogo musical David M. Greenberg, de la Universidad de Cambridge.

La ganadora es una de nuestras favoritas: «Viva la vida», del grupo británico Coldplay.

Añadimos el link del artículo, para que podáis ver si alguna de las 20 de la lista es una de vuestras favoritas, y os recomendamos que empecéis a escucharla para sentiros bien, aunque sólo sea durante los minutos que dure, lo demás ya llegará, seguro.

Las 20 canciones ideales para levantarse

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